Lima, limón – 10 de abril del 2010

9 p.m. en Bogotá, bueno, en el Aeropuerto El Dorado de Bogotá. Estoy a unas horas de ver luego de casi cuatro a mis papás, a mis amigos, a mis sitios, a mis calles, a mis parques, a mis veredas y pistas (con sus, imagino, infaltables huecos), a mis recuerdos, a mis demonios y a mis infiernos.

Es una mezcla de alegrías y certezas, ansiedades y miedos, ceviches y secos… Todo en la cabeza, todo en el estómago, todo en mi corazón, en mis húmeros (ya me salió la pacharacada emulando a Vallejo), mi sangre blanquiazul, en mis sueños tabasqueños, en mis luchas mexicanas… en mis proyectos de vida.

Después de un viaje de doce horas desde Villahermosa hasta el DF y luego de un desayuno-almuerzo-comida-desayuno-del-día-siguiente y de un recorrido por los paseos más importantes de la capital mexicana (a saber, Insurgentes y Reforma y Guadalupe y Misterios y algún otro que no recuerdo), fui a cumplir con un compromiso personal, visitar a la Lupita, a la Morenita del Tepeyac.

Visita intensa, llena de emociones y urgencias, con la mayor verdad de todas: María es mi madre, María es mi amor, a María yo le doy, mejor dicho, ya le di mi corazón (igual que en la tan popular canción mariana).

Virgen de Guadalupe
Virgen de Guadalupe

El ómnibus nos dejó (a mi amigo Luís y a mi) a dos cuadras del Tepeyac. Caminamos por la verma central del paseo en medio de los puestos ambulantes (ya no tan ambulantes), hasta llegar a la explanada central, allí donde se congregan todos aquellos que llegan a visitar el santuario católico más visitado del mundo.

Al llegar uno puede ver al fondo la antigua Basílica, sospecho que más que cuatricentenaria, inclinada hacia la izquierda. Uno entra y está en plena reconstrucción, financiada con las limosnas de los fieles. Se ven varias réplicas de la Lupita, al fondo a la derecha se encuentra una capilla del santísimo luego saliendo de esta capilla a la izquierda está la salida, con una antesala donde se venden un sinfín de recuerdos. Luego fui cerro arriba a la ermita donde Juan Diego habló con la Virgen. Así después de haber preparado el ánimo me dirigí a ver a al Lupita en la nueva Basílica, que debo decir que es un templo impresionante.

El cardenal Norberto Rivera estaba celebrando una misa por el Primer Aniversario del Encuentro Mundial de las Familias. Nos dirigimos a la parte posterior del altar donde hay 3 fajas transportadoras al pie de la imagen.

Iba por delante ansioso, apurado… no sé. Es que uno escucha tanto, ve tantos ojos bailando de alegría cuando la visitan y te cuentan, corazones transformados… Es que si visitas el DF y no fuiste al Tepeyac, ¿para qué fuiste? Simplemente, no fuiste.

Allí estaba yo sobre la faja transportadora mirándola, hablándole, contemplándola, admirándola, queriéndola, abrazándola, tocándola, amándola, diciéndole, encomendándole… Tantas cosas juntas que todas se agolpan en tu mente y de pronto la paz. Esa paz que proviene del contacto directo con tu mamá. Un mirarla y sentirla a un centímetro de ti, un hablarle y saber que te está escuchando, un contemplarla y saber que te mira fijamente, un admirarla y sentirte pequeñito ante ella, un quererla y querer no moverte más de su lado, un abrazarla y sentir el calor de sus manos en tu cara, un amarla y sentirte amado, un decirle y sentirte escuchado, un encomendarle y convercerte que todo irá bien…

¡Tantas cosas juntas en un encuentro de 2 o 3 minutos! Una reunión efímera y eterna a la vez.

Creo que después del milagro de la Eucaristía, milagro diario, la Lupita, la Virgen de Guadalupe es el milagro más grande que tenemos. Un milagro de presencia y coredención y amor en extremo actual.

Tuve la suerte de estar con ella y es algo increíble. Desde que estoy en México había imaginado este encuentro como algo no tan serio, casi como un interés turístico, pero ella, la Lupita, ella allí hace que esos 2 o 3 minutos y luego el rezo infaltable como miembro de la asamblea que participa en la misa hacen que el ir a verla personalmente no sea un ir para decir “estuve allí”, “sí, la ví”… hay más cosas involucradas que creo que poco a poco se van descubriendo.